Magui Mira lleva al Teatro Español de Madrid, la obra de David Seidler, El discurso del rey. Aunque trata un tema tan inglés como la corona británica, la historia ganadora de cuatro Oscars -incluido el de mejor película-, es un relato íntimo que va más allá de los tópicos de superación personal. Nos presenta la angustia de un Jorge VI, abocado a la corona, como de rebote.
Si es difícil hablar tartamudeando, podemos imaginar lo que esto supondría a un monarca que tenía que dirigirse por radio a todo el imperio británico, para declarar la guerra a Alemania en 1939. En momentos así, los oyentes esperaban un mensaje firme, claro y decidido, no tartamudeos, entre torturados silencios.
Este era un hombre además, que no quería ser rey. Tras la muerte de su padre -el autoritario Jorge V-, el trono pasa a su hermano Eduardo VIII, que renuncia a él, ′para casarse con la mujer que quiere′ -la norteamericana Wallis Simpson-, que se había divorciado dos veces y tenía una mala reputación.
La responsabilidad a la que el nuevo rey se enfrenta, con toda su incapacidad y vergüenza, es oponerse nada menos que a Hitler. El reticente y tartamudo monarca es contrastado así, con la elocuencia apasionada del Führer. La obra no entra en la admiración de su hermano por el nazismo -apoyado incluso por Churchill-, sino que se limita a su conflicto personal.